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El pasado 08 de diciembre se lanzó, en el marco del XIII Festival de Cine de Santa Fe de Antioquia, la edición número 100 de la Revista Kinetoscopio. El auditorio del Hotel Mariscal fue el espacio donde se llevó a cabo este evento que contó con la presencia de Andrés Burgos, director de la película Sofía y el terco (2012), como invitado especial, quien celebró la longevidad de esta publicación y habló sobre la cinefilia como motor para la creación cinematográfica.

La revista surgió como una iniciativa del Centro Colombo Americano de Medellín para difundir la programación cinematográfica de la organización. Hoy, 22 años después, ésta constituye una de las pocas revistas de cine que aún subsisten en Latinoamérica, pretendiendo ser memoria, advertencia, fuente, homenaje, reverencia, análisis, debate, encuentro, sorpresa, hallazgo, descubrimiento y luz.

Para su edición número 100, Kinetoscopio le rinde un pequeño homenaje a algunas de las personas que fueron pioneras en la construcción de la  revista, como César Augusto Montoya, y colaboradores que vivieron  de cerca el proceso de gestión de los primeros números como Martha Ligia Parra, Fernando Arenas y Orlando  Mora. A ellos se suma una lista de escritores, críticos e  investigadores nacionales y extranjeros que  han colaborado con la publicación y aquellos que hoy hacen posible la circulación de la revista, como su director, Andrés Murillo, y Juan Carlos González, actual editor.

La edición 100 de Kinetoscopio trae un especial que integra la selección diez artículos de importancia escritos por sus colaboradores y que hacen parte del dossier denominado 100 motivos para querer el cine, una publicación especial. La portada de este número está compuesta por 100 personajes que han marcado la historia del cine, siendo una retrospectiva de las influencias cinematográficas.

Mantener una revista de este tipo en cualquier parte del mundo es un reto. Para su el director de esta publicación desde el año 2009, Andrés Murillo, la odisea se debe a que “La industria del papel está en crisis y eso hace que todo proyecto impreso sea una batalla constante. El punto que marca la diferencia es la voluntad, el compromiso de una institución, en este caso el Colombo Americano de Medellín, y demostrar con un producto de calidad el enorme potencial y la vigencia de una revista especializada. Luego es mirar las adaptaciones a los constantes cambios del contexto, entender que en un comienzo, hace 23 años, no había tantos canales para informarse y eso permitió la consolidación. Hoy, con toda la era digital en desarrollo, es mirar las nuevas oportunidades y adaptaciones que se tienen que vivir para no sólo mantenerse, sino crecer y llegar a nuevos lectores (…) Lo que se ha demostrado a lo largo de los años con Kinetoscopio, es que la crítica especializada no pretende destruir, pretende articular. Ese lugar común de formación de públicos acá toma vida, pues la función es ser un puente entre esas técnicas y conceptos que maneja el cine y el espectador promedio que no tiene por qué conocer este mundo. Para la industria es beneficiosa la crítica pues es como un espejo, sin pretensiones, de evidenciar procesos, expresiones y búsquedas propias del cine y que al estar allá muchas veces no se enteran cómo lo percibe el público. Una mirada crítica no debe tomarse como destrucción, sino lo contrario como propuesta de construcción. La reflexión frente a un quehacer, un arte, no es sólo los caprichos de un escritor, sino el tiempo que se toma para demostrar la aplicación de conceptos y símbolos propios del arte.”

Mayor información en www.kinetoscopio.com.